noviembre 24, 2007

Análisis e Interpretación del Discurso

Para introducirnos en la Técnica y la Dinámica del Análisis del Discurso, tenemos que tener en cuenta algunos conceptos fundamentales que intervienen en el simple hecho cotidiano de la comunicación y del hablar.
De manera muy general me permito citar, lo que Uds. deben profundizar en los textos de Gramática o de lingüística existentes en el mercado:

La Gramática:
Tradicionalmente definida como el estudio de la lengua, que con el correr del tiempo y el avance de los estudios sobre las lenguas deviene en el concepto de lingüística. No obstante el cambio en la actualidad reaparece el término debido a las nuevas teorías y propuesta de la Gramática Generativa y Transformacional de Noam Chomsky.

La Lingüística:
Ciencia que estudia la estructura y evolución del lenguaje humano en toda la complejidad de su funcionamiento. Como veíamos este concepto desplazó al de Gramática, pero a su vez también fue cuestionado y olvidado para volver a aparecer en la actualidad como Lingüística Estructural Moderna.

El Lenguaje:
Desde el punto de vista de Ferdinand de Sausure es la Capacidad de comunicación mediante signos orales y escritos, la utilización de los mismos produce el hecho lingüístico en el que intervienen factores fónicos, acústicos, fisiológicos, históricos individuales, históricos sociales, etc.

La Lengua:
Sistema de signos que los hablantes aprenden y conservan en sus memorias. Código de signos (imágenes acústicas y gráficas) que permiten cifrar y descifrar mensajes.

El Habla:
Acción en donde el hablante extrae del código de signos y de las reglas los elementos necesarios para cifrar un mensaje.

Lo fundamental y lo que a nosotros nos interesa es el hecho en el que las personas van aprendiendo un conjunto de palabras que son retenidas en la memoria y comparten las mismas con el grupo humano que convive y se comunica. Este conjunto a su vez y a través del uso se va enriqueciendo porque forman nuevos modos específicos de relacionar palabras, de asignarles nuevos y diversos significados. En este hecho nace la frase que permite sustituir con vocablos los ademanes y los gestos

Hasta aquí he mencionado someramente lo que corresponde, por decirlo de alguna manera, a lo más superficial y mecánico del lenguaje, la lengua y la comunicación.
Pero como nuestro interés está más allá de la gramática y de la lingüística debemos profundizar en los aspectos psicológicos dinámicos y simbólicos del habla.

Melanie Klein y sus seguidoras nos han aportado conceptualizaciones fundamentales desde las cuales podemos comprender el desarrollo evolutivo y psicodinámico de la palabra en su función simbólica. En el escrito “La importancia de la formación del símbolo en el desarrollo del yo” de la citada autora, desarrolla el proceso de simbolización que se produce en la evolución psicodinámica de toda persona; en el caso que nos interesa, la palabra, como representante simbólico de los objetos, emociones, vínculos y experiencias que el sujeto a tenido con los primeros objetos hasta el momento en que se representa el símbolo y que luego continúa transformándolos de acuerdo a sus experiencias de vida y mediante los procesos de desplazamiento y condensación. Sin dejar de considerar la evolución de los viejos o la emergencia de nuevos en los procesos históricos sociales y culturales del colectivo social al que pertenezca la persona.

Como vimos en el Módulo I y en la bibliografía recomendada sobre el proceso de simbolización en ese momento relacionado con los objetos gráficos. Ahora, en esta nueva comprensión del símbolo, la palabra aparece como resultado del difícil y arduo proceso evolutivo realizado y es concebida como representante simbólico de los objetos, emociones y vínculos experienciados con los objetos primarios. A su vez la palabra entendida como representante simbólico sienta las bases fundamentales del pensamiento verbal como un instrumento válido de vinculación y transformación de la realidad tanto interna como externa.
Este camino evolutivo parte desde un pensamiento primitivo concreto (el objeto) y evoluciona hasta el pensamiento abstracto (el símbolo) que permite la instalación de símbolos diferenciados. Evidenciando de esta manera la capacidad de reparación y sublimación que se muestra en la simplicidad o complejidad del símbolo creado.
A nivel de la dinámica psíquica se instala la simbolización en el yo como la capacidad de establecer relaciones simbolizantes que representan la resolución de la angustia y la ansiedad que generan las relaciones vinculares.

A modo de resumen y desde la perspectiva Kleiniana podemos decir que la riqueza o pobreza de los símbolos de un sujeto, representados en el discurso por las palabras, pone de manifiesto el éxito o el fracaso del proceso de simbolización logrado en el desarrollo psicoevolutivo.

Desde el punto de vista Lacaniano y a partir de la frase cliché: “… el inconsciente está estructurado como un lenguaje…”[1] podemos hacer referencia a la importancia que tiene el lenguaje, la palabra, y el discurso, en los distintos momentos del desarrollo de la teoría.
Lacán desde su tesis de doctorado (Análisis de los escritos de Aimeé [Paranoica]) demuestra un significativo interés por el tema y las leyes que lo rigen. Tanto es así que distintos estudiosos del autor reconocen cuatro momentos importantes y evolutivos en el desarrollo de la teoría. Hay un primer momento en que sitúa al lenguaje como constitutivo de la experiencia Analítica, un 2do. en donde es visto como estructurante de las leyes sociales del intercambio, lo considera como un pacto simbólico. El 3er. tiempo está representado por la tesis clásica que dice que el inconsciente se organiza siguiendo las leyes del lenguaje. Y en el 4to. momento denuncia la ambigüedad del mismo.

Todo gira alrededor de la palabra y de los procesos de simbolización (“el retorno a Freud”) frases como:
“…el inconsciente es el discurso del otro…” referencias
en Los escritos técnicos de Freud y en el Seminario Las Psicosis.
“…el inconsciente es lenguaje…” En Escritos
“…el inconsciente es que en suma uno habla…solo” Seminario 11Ene77.
“…la palabra es el asesinato de la cosa…”
“…si no se puede tener la cosa (el objeto perdido) se la mata al simbolizarla por medio de la palabra…” Jöel Dor. Introducción a la lectura de Lacan. Pag.105.

Como vemos o podemos inferir a partir de las citas, la idea explicita es que en tanto sujetos somos hablados no hablamos. En palabras de Lacán, somos hablados por el A (Gran Otro) el lugar desde donde vienen todos los significantes, que podríamos traducir a nivel pedagógico como el lugar de la cultura.
Es decir que en nuestro hablar hay un gran contenido de inconsciente o de automatismo en la mecánica del hablar. Inconsciente que está organizado y funciona de acuerdo a la estructura clínica que haya logrado el sujeto en su desarrollo psicoevolutivo.

LAS REPRESENTACIONES VERBALES:
Como complemento tenemos que hablar de las representaciones conscientes (Representación de Palabra) e inconscientes (Representación de cosa) desde el punto de vista freudiano.
Cuando Freud desarrolla la Metapsicología distingue dos tipos de representaciones de las cuales se vale la persona para organizar su aparato psíquico, la representación interna de la realidad, la forma en que se va a relacionar y comunicar con el medio social en el cual está inserto.
Desde los escritos más tempranos de Freud se hace presente este tema y la forma en que estas representaciones operan en la organización de las psiconeurosis, que más tarde va a depurar para terminar de completar la idea teórica en los escritos citados.
En el “Yo y el Ello” (1923) Freud hace un desarrollo sobre la mecánica de la premisa psicoanalítica de “hacer consciente lo inconsciente”.
A modo de síntesis culmina en la idea que ante todo debe hacerse preconsciente por su enlace con las representaciones verbales correspondientes. Las representaciones verbales son restos mnémicos, que en un momento fueron percepciones, que pueden volver a ser conscientes como todo resto anémico.
Los “restos verbales” proceden esencialmente de las percepciones acústicas de la palabra oída que en un momento estuvo asociada a la cosa (el objeto nombrado) y que por medio de la represión se mantiene oculta en el inconsciente.

Es decir que a través de la palabra emitida dentro de un dispositivo Analítico podemos establecer la cadena de asociaciones que nos lleva a realizar la conexión con lo reprimido para hacerlo preconsciente y que así pueda acceder a la consciencia.
Son estas las premisas que nos llevan a adoptar la técnica del Análisis del Discurso como un instrumento que nos permite por un lado: configurar la organización psíquica de un sujeto (estructura clínica) ver su modo de funcionamiento (estructura diferencial) y por el otro acceder a lo reprimido para hacerlo consciente.


[1] Estar estructurado y ser como un lenguaje, significan lo mismo. Pierre Kaufman. Obra citada.