agosto 30, 2006

Mandalismo


ARTE MANDALICO
Lea bien, no es ni vandalismo ni vandálico, es MANDALISMO Y MANDALICO, es el arte en la construcción de mandalas.
Una de las prácticas de meditación activa y devocional de los meditantes de la India, ya sean budistas o practicantes de cualquiera de las religiones orientales.
No solo en Oriente, también en occidente se ha practicado y principalmente en la construcción de las catedrales góticas y en el armado de los vitrales de las mismas catedrales.
Escasos son los referentes en la pintura.
Tradicionalmente el mandala es el arte de lo efímero, aquella ofrenda que el Atman entrega y el prana dispersa.
Pero como nosotros somos occidentales, hacemos generalmente los mandalas en dibujos, los atesoramos y los publicamos en los blogs, jajajaja.
La idea del mandala es la circularidad y el punto central en donde todo converge y desde donde todo emerge, dejando claramente que lo de afuera va hacia adentro y lo de adentro va hacia el afuera.
Una dialéctica permanente entre lo interno y lo externo, el Atman y el Prana.

En los últimos años, se ha generado una corriente psicoterapéutica de arte terapia que trabaja con mandalas. Los que en algunos casos luego de realizados se analizan; interpretando y asociando, formas, colores, areas, etc.

julio 31, 2006

Algo para pensar pensando

LA FUNCIÓN DE LA PALABRA EN EL DISCURSO PSICOANALÍTICO Y EN EL BUDISMO ZEN



En el año 1986 conocí al Maestro Indio Osho Rajnneesh, y desde ese momento comencé a vivenciar sus técnicas de meditación, entre ellas la técnicas budistas: vipassana y zazen, en todos estos años y a través de la práctica y el estudio siempre estuvo presente en mi la pregunta sobre la relación entre el psicoanálisis y el budismo, su filosofía y su práctica.

Es en este momento y a raíz de la invitación a participar en este encuentro, es que le pongo palabras a los pensamientos y desde ahí surgen las preguntas que aún no sé si son respondidas o pueden ser respondidas.

Pero antes quiero hacer una disquisición sobre el tema del budismo, que surge a partir de lo vivido y escuchado ante la difusión que ha tenido este encuentro.

Me he confrontado, para mi sorpresa, con el desconocimiento que existe sobre la religión y práctica budista. Al escuchar el discurso cotidiano se confunde, desde mi punto de vista, con una religión como la judeo-cristiana y hasta con el esoterismo. Por otro lado comentarios cómicos como
"Yo no sabía que Ud. hacia el budismo zen" "¿Porqué no nos hace budismo?".
Otro dato importante es ver que en los lugares donde había dejado afiches del encuentro, o los sacaron días después de haberlos colocado, o directamente no los pusieron. Frente a todo esto me pregunto ¿qué sucede con el budismo, en el pensamiento popular? pregunta que recién se genera y aun no tiene respuesta.

Podríamos discurrir o reubicar dentro del discurso popular el concepto de religión.
Etimológicamente lo entendemos como un re-ligare, que dice sobre el volver a ligar o unir. Un encuentro con algo que está perdido. Es en este punto donde podemos definirlo y desligarlo del concepto de religión judeocristiano, que nos habla del encuentro con un Dios Padre Todopoderoso, al cual hay que alabar y es quien conduce nuestro destino. Dentro del budismo, el encuentro y la búsqueda no está centrada en Siddhartha Gautama el Buda como ser supremo, sino en el encuentro de la verdad, con el Buda interno, con la existencia y con mi propia vida. Ya vemos que no es el encuentro y la unión con un Dios sino con un maestro que va mostrando, a través de su experiencia, el camino.

Es un proceso de encuentro con uno mismo, con nuestra propia verdad, con la grandiosidad de la existencia, camino que Buda nos muestra, en donde el único rito, entre comillas, que se nos pide observar, es el de practicar la técnica para llegar al estado meditativo, al vacío, al silencio.

Me tomo este tiempo, para aclarar posibles dudas, denunciar comentarios surgidos dentro de estos mismos ámbitos, en los que se compara burlonamente este encuentro entre Psicoanálisis y Budismo, con el Tarot, la Astrología y hasta con la brujería.

Retomo entonces la ponencia que me ocupa, hablar del discurso.
Como dije anteriormente, hace varios años, este tema ha estado ocupando mi atención y he estado preguntándome sobre él. Estas ideas surgen de la lectura de textos o en la escucha clínica analítica, que resuenan como un otro discurso.
También surgen ante la vivencia de la meditación y del aprendizaje del budismo.

Siento frente a esta ponencia que estoy traicionando la esencia del Budismo, del Zen; hablar de aquello que no puede ser hablado, porque en el acto mismo de hablarlo se pierde la esencia, el perfume, pero como soy occidental y los occidentales transformamos todo en palabras, ojalá pueda hacerlo en metáforas, voy a intentarlo.

Lo que me mueve es la experiencia en la práctica de las técnicas de meditación y el interés en el tema. Lo que Uds. van a escuchar son mas preguntas que respuestas, mas dudas que certezas; que como dije anteriormente surgen de encontrar similitudes entre dos prácticas y dos discursos. Esta inquietud surge, principalmente, a partir de la lectura de Lacan y en particular del concepto de L´AUTRE (El gran Otro), ese lugar desde donde vienen todos los significantes, que como tal funda el orden simbólico. Cuando habla del deseo que se origina en la articulación del sujeto con el Otro y del Otro con el sujeto, por esto, el lugar del Otro es el único lugar posible de la verdad. Por esta razón, el lenguaje va a ser un efecto del lugar del Otro, y todo usuario del lenguaje va a circular inmediatamente por la metáfora. Relacionado con el concepto de TAO (del Tao te Ching de Lao Tse ó Lao Tzu):
TAO TE KING: Traducción de Ernesto Nesh.
Verso Nro. 1: Lo Indescriptible.
El Tao que puede ser definido
no es el eterno Tao.
El tao que puede ser nombrado
no es el verdadero Tao.

Concebido sin nombre,
Es la escencia del Cielo y la Tierra.
Concebido con nombre
es la madre de las diez mil cosas(de la manifestación
del Tao)

Siempre sin deseo debemos encontrarnos
si hemos de sondear el profundo misterio;
Pero si con deseo nos mantenemos
solo veremos la superficie.
Sin nombre y con nombre
son en realidad lo mismo
una dualidad Aparente.

Juntos le llamo el Misterio
Y en este Misterio profundo;
se halla la puerta de toda maravilla!

Verso Nro 14: La manifestación del misterio
Lo vemos y no lo miramos
y lo llamamos invisible.
Lo oímos y no lo escuchamos
y lo llamamos Inaudible
Lo tocamos y no lo sentimos
y lo llamamos impalpable.

Estas tres cualidades lo hacen imposible de definir,
y sin embargo,
en la interrelación de las tres obtenemos el Uno (el Tao)

Su parte alta no brilla y su parte baja no es oscura
En su continua transforamción no se le puede dar nombre.
Después retorna a la nada.
Esto se conoce como la forma de lo amorfo y la imagen
De lo Invisible.
Es lo Indefinible, lo encontramos sin poderle ver el rostro
Lo seguimos sin poderle ver la espalda.

Cuando lo percibimos y nos hacemos uno con EL, Verdadero
y Eterno, podemos decir que hemos desentrañado el
Misterio de Toda Maravilla.

Verso Nro 40: La manifestación y la escencia.
El Tao se constituye de dos contrarios y lo debil sienta
la pauta de sus grandes obras.
Las diez mil cosas bajo el Cielo surgen de él
En forma de Existencia (manifestación)
Y la existencia surge de la Esencia

Cito aquí algunos de los párrafos que en este momento puedo rescatar, que en su momento me parecieron significativos en la relación y concordancia que pude encontrar entre el Psicoanálisis, el budismo, el Zen, sus prácticas, sus discursos.

Ya desde el origen del Psicoanálisis se le concede a la Palabra un otro lugar, que no es el de la cotidianeidad. Si bien Freud no se detiene mucho en la palabra, nos la presenta igual, bordeándola en su sentido, como una forma de trabajar con lo inconsciente, a través del análisis de los lapsus, los sueños, la Asociación libre, la interpretación, etc. .

En un escrito de 1910, "El doble sentido antitético de las palabras primitivas" Freud hace un análisis de un trabajo del filólogo K Abel, en donde este desarrolla el doble sentido de las palabras en la cultura egipcia primitiva.
Va haciendo una relación entre el sentido antitético de las palabras primitivas y el sentido contradictorio del sueño; finalizando el escrito con una frase que dice "Y a nosotros, los psiquiatras, se nos impone, como una hipótesis irrechazable, la de que comprenderíamos mejor y traduciríamos más fácilmente el lenguaje de los sueños si conociéramos mejor la evolución del lenguaje". En estas palabras, sospecho que hay algo del lenguaje que le llama la atención, pero que no puede articular discurso sobre él porque su atención no está puesta ahí.

Lo más cercano sobre la función de la palabra, que encontramos en Freud es cuando habla de la Representación de Cosa y la Representación de Palabra. En el escrito Estudios sobre la Histeria de 1895, relaciona la palabra con el efecto catártico, la reacción o como luego llamará la abreacción, momentos preliminares en sus desarrollos sobre el concepto del Trauma Psíquico. En ese escrito, en el capítulo II nos dice: " La reacción del sujeto al trauma sólo alcanza un efecto "catártico" cuando es adecuado: por ejemplo la venganza. Pero el hombre encuentra en la palabra un subrogado del hecho, con cuyo auxilio puede el afecto ser también casi igualmente descargado por reacción" (Abreagiert). En este momento relaciona la palabra en tanto acto, que establece la conexión entre lo reprimido y el afecto desligado, que va a permitir el levantamiento del síntoma. Esto lo confirma en el mismo escrito en el Capítulo V: "Resulta ya comprensible cómo el método psicoterapéutico actúa curativamente. Anula la eficacia de la representación no descargada por reacción en un principio, dando salida, por medio de la expresión verbal, al afecto concomitante, que había quedado estancado, y llevándola a la corrección asociativa por medio de su atracción a la conciencia normal....."

Al hacer la distinción entre Representación de Cosa, Representación de Palabra, hace la relación entre las huellas mnemicas y la imagen verbal (que Lacan, luego va a trabajar ejemplarmente) también lo va a relacionar con el Proceso Primario y Proceso Secundario; esto lo desarrolla en el escrito Lo Inconsciente de 1915 en el capítulo VII El reconocimiento de lo inconsciente, donde dice: "La imagen consciente del objeto queda así descompuesta en dos elementos: la imagen verbal y la de la cosa, consistente esta última en la carga, sí no ya de huellas mnémicas directas de la cosa al menos de huellas mnémicas más lejanas, derivadas de las primeras (anteriormente lo relaciona con las investigaciones de Breuer sobre la esquizofrenia..."quedan sometidas las palabras al mismo proceso que forman las imágenes oníricas partiendo de las ideas latentes del sueño, o sea al proceso psíquico primario."). Continúo el párrafo....."Creemos descubrir aquí cuál es la diferencia existente entre una presentación consciente y una presentación inconsciente. No son, como supimos, distintas inscripciones del mismo contenido en diferentes lugares psíquicos, ni tampoco diversos estados funcionales de la carga, en el mismo lugar. Lo que sucede es que la presentación consciente integra la imagen de la cosa más la correspondiente presentación verbal; mientras que la imagen inconsciente es la presentación de la cosa sola. El sistema inconsciente contiene la carga de cosa de los objetos, o sea las primeras y verdaderas cargas de objeto. El sistema Prec. nace a consecuencia de la sobrecarga de la imagen de cosa por su conexión con las presentaciones verbales a ella correspondientes. Habremos de suponer que estas sobrecargas son las que traen una más elevada organización psíquica y hacen posible la sustitución del proceso primario por el secundario, dominante en el sistema Precc.. Podemos ahora expresar más precisamente qué es lo que la represión niega a las presentaciones rechazadas en la neurosis de transferencia. Les niega la traducción en palabras, las cuales permanecen enlazadas al objeto una representación no concretada en palabras o en un acto psíquico no sobrecargado, permanece entonces en estado de represión en el sistema Inc.
De esta manera vemos que la palabra está íntimamente relacionada con la concepción que une la verbalización con la toma de conciencia. La imagen mnémica; la representación de cosa puede hacerse consciente cuando se asocia a una imagen verbal, a la palabra. En términos freudianos hacer consciente lo inconsciente, función de la palabra en su discurso.

Quiero cerrar este momento histórico en el desarrollo del psicoanálisis con el ultimo párrafo de la Lección 31 Disección de la personalidad psíquica - en las Nuevas Lecciones Introductorias al Psicoanálisis de 1932-1933, ...." Podemos también imaginarnos que ciertas prácticas místicas logran subvertir las relaciones normales entre los distintos sectores anímicos, de manera que la percepción pueda captar sucesos del yo profundo y en el ello, circunstancias que de otro modo serían inaprehencibles. Podemos desde luego, dudar que por este camino lleguemos a aprehender aquella última verdad de la que se espera toda salvación. Pero hemos de conceder que los esfuerzos terapéuticos del psicoanálisis han elegido un punto análogo de ataque. Su propósito es robustecer al Yo, hacerlo más independiente del Superyo, ampliar su campo de percepción y desarrollar su organización, de manera que pueda apropiarse de nuevas partes del Ello. Donde era Ello, ha de ser Yo."

En este párrafo creo escuchar a Freud hablar sobre técnicas de meditación, especialmente las de la Hatha Yoga, que hablan del control de las pasiones y de los deseos; también puede ser que no tenga muy claro cuando habla del robustecimiento del yo y se esté refiriendo a las técnicas meditativas del budismo, que dicen que en el estado meditativo se comprenden las verdades existenciales, se hacen conscientes. Es decir que si el yo se va ampliando al incorporar los contenidos inconscientes, estaríamos en la misma propuesta. Ahora si entendemos el robustecimiento del yo como defensa frente a lo pulsional, en lucha, sería distinto.

Voy a dar un paso más en el psicoanálisis para adentrarme en el pensamiento de Jacques Lacan y el desarrollo que hace sobre la función de la palabra.

Cuando Lacan, desde el comienzo mismo de su obra, nos invita a un retorno a Freud, a volver a transitar por los intrincados caminos del campo freudiano, no sólo nos está invitando a releer la teoría sino a recontextualizarnos en sus consecuencias prácticas.

Cuando hablamos de releer, de volver, nos estamos posicionando de una manera distinta a la habitual, se nos está invitando a escuchar de nuevo las mismas palabras desde otro lugar, nos advierte sobre esto, se trata de posicionarnos de entrada en una práctica auténticamente psicoanalítica, bien diferenciada de otros prácticas de investigación de lo inconsciente, que pretenden situarse dentro del campo freudiano.

Esta es la invitación que nos hace Lacan rescatar aquello que hace del psicoanálisis la diferencia, la marca, los procesos psíquicos inconscientes están alienados en la dimensión psíquica del lenguaje, y se sostienen por intermedio de la transferencia, lo que encontramos como articulador fundamental en la audaz hipótesis: el inconsciente está estructurado como un lenguaje, afirmación que genera resistencia y ruptura.
En el Discurso de Roma (set.1953) donde postula su retorno al campo freudiano, también denuncia la tendencia que muestran los analistas a abandonar el fundamento de la palabra, la propuesta va dirigida al sentido de la cosa freudiana, en donde dice y recomienda: ..." un psicoanálisis debe introducirse fácilmente en ella (el regreso a la instancia de la Cosa Freudiana) sobre la base de la distinción fundamental entre el significante y el significado y empezar a ejercitarse con las dos redes de relaciones que ellos organizan y que no se superponen entre sí".

En el escrito "Situación del Psicoanálisis y Formación del Psicoanalista" (1956), comienza con una pregunta fúndante ¿por qué eludir las preguntas que el inconsciente provoca? Y sigue relacionando asociación libre con automatismos neurológicos, preguntándose sobre si las pulsiones que se descubren pueden estructurarse en términos del lenguaje, las cuales se han dado a conocer, desde siempre, a efectos del lenguaje.
Quiero rescatar una cita textual de peso para esta relación entre el psicoanálisis y el budismo. Se pregunta ....."¿ Las frases de una adivinanza han tenido alguna vez el menor sentido, y su interés, el que tomamos en su desciframiento, no consiste en que la significación manifiesta en sus imágenes es caduca, no teniendo ningún alcance salvo al dar a entender el significante que se disfraza en ella? "..., respondiendo que una escritura como el sueño mismo puede ser figurativa, que siempre como el lenguaje están articulados simbólicamente. Continúa diciendo ...."Así es como la palabra que se ofrece a la adhesión de ustedes en un lugar común, y con una evidencia tan capciosa cuanto su verdad es atrayente por no entregarse sino en el segundo tiempo; tiempo que es efecto y defecto de la regla que se asigna como fundamental: .." a saber que ese discurso se prosiga, primero, sin interrupción, segundo sin retención, esto no sólo en cuanto a la preocupación de su coherencia o de su racionalidad interna, sino también en cuanto a la vergüenza de su llamado ad hominem o de su aceptabilidad mundana"...(Variantes de la cura tipo, 1955), trampa inconsciente en la articulación de la palabra del hablado. Señal de alerta para el poder discrecional del oyente para llevarlo a un segundo nivel de análisis, en donde el analista conserva entera su responsabilidad a partir de su posición de oyente. Dice Lacan una ambigüedad sin ambagues, por estar a su discreción como intérprete, se repercute en una secreta intimación que el no podría apartar ni siquiera callándose (cita ídem anterior).
...." Para saber lo que sucede en el análisis, hay que saber de donde viene la palabra. Para saber lo que es la resistencia, hay que conocer lo que sirve de pantalla al advenimiento de la palabra"...(Situación del Psicoanálisis 1956) Palabra determinada desde otro lugar, otro lugar que precede al advenimiento del sujeto y que lo determina en sus múltiples entrecruzamientos. Que lo determina hasta punto tal que ya no habla sino que es hablado.

Al articulador fundamental para dar cuenta de la complejidad referencial del inconsciente Lacan lo va a desarrollar en las redes del discurso, cómo se articula la palabra dentro de las redes significantes.

Es a partir de este momento, del desarrollo que hace de la Lingüística estructural de Ferdinand de Saussure y de la antropología estructural de Claude Lévi-Strauss, que comienza a transitar por los caminos del significante anudándose al deseo freudiano por el estudio de la filología y su introducción dentro del campo del psicoanálisis.

La subversión dialéctica que realiza entre significante y significado, la estructuración del registro simbólico a partir del acceso al lenguaje y de la internalización de la Metáfora Paterna, de los ejes del lenguaje (sintagmático=combinación, contiguidad, metonimia; paradigmático=selección, similitud, metáfora), del concepto de puntada que engancha dos puntos en la cadena significante; de la metáfora, de la metonimia, presentados como la lógica del significante como testimonio inevitable del carácter primordial del mismo. Es esto mismo que le da el fundamento para el famoso cliché lacaniano "el inconsciente se estructura como un lenguaje y se expresa a través de procesos metafóricos y metonímicos". Lugar en donde el hablante-analizante se estructura como sujeto dividido, alienado en una parte de su ser, lugar del inconsciente instaurado por la misma división. El sujeto en tanto, atrapado, atravesado en la cadena deseante no tiene más alternativa que la de hacerse palabra, desde un otro (lugar del deseo) dirigida a un otro (a quién se dirige la demanda) que se constituye en Analista, cubierto por el espejo en donde se refleja la imagen fantasmática del sujeto y de su historia.

Es este el momento en donde se comienzan a cruzar las ideas sobre el discurso y la práctica entre estas dos disciplinas, surgiendo la duda de si está en el discurso la resonancia o es en la práctica donde se juega la similitud.

Pienso en el Analizante-Discípulo frente al Analista-maestro, posicionado en el lugar fantasmático del saber que le otorga el Analizante-Discípulo, el lugar, desde donde se espera que vengan los significantes, que está en permanente corrimiento, que no se hace cargo de la demanda y responde con la misma palabra, rebote en el espejo del discurso, abriendo nuevos campos de discurso, a través de la metáfora, de la metonimia. Al igual que el Maestro Zen
quién a través de la metáfora del kohan, de la adivinanza que nos hablaba Lacan, relanza las palabras hacia el encuentro con la verdad; y más aún, cuando el golpe de Kyosaku (bastón Zen) recentra la atención sobre los contenidos conscientes, sobre la respiración, ¿no es similar al golpe en el inconsciente, que da la interpretación? devolver el significante al lugar del discurso desde donde fue sustituído.

Si se me permite una proporción dialéctica, lo que para el psicoanálisis es palabra, para el Zen, es silencio.

Podemos concluir que para el Psicoanálisis, el sujeto está dividido por su acceso al lenguaje, por su inmersión dentro del campo de lo simbólico, en dos partes: el inconsciente y el consciente que a través del discurso lo constituye en un yo. El inconsciente no puede ser comprendido en su verdad por el análisis lógico que puede hacer el sujeto sobre su historia, su yo, su ser. El lenguaje como mediador distancia al yo hablante, que cree decir verdad sobre su escencia, de la realidad simbólica que lo funda en su verdad.

Decir que a través de la palabra se produce el atravesamiento del fantasma es hablar de la cura analítica, momento en que se produce el vaciamiento de deseo, cayendo el momento fundante de la castración, que deja fuera del cuerpo el goce y dejando un resto de placer cómo el mendrugo que pasa a constituir el deseo. Momento en que el yo se aliena en la imagen del otro, que obtura el reconocimiento de su deseo por el sujeto, sino que se reconoce como otro que no tiene la capacidad de poder entrar en su propio deseo si no es a través del deseo del otro.

Momento de quiebre de la ilusión de completud que le brindaron sus identificaciones imaginarias, objeto a destituído, y acceso a ese otro lugar del que provenían los significantes. Posicionándose en el lugar del Gran Otro, ya el sujeto no es hablado, habla de sí; acceso al lugar de un saber de sí de su inconsciente.

Comencemos ahora a transitar los caminos del Budismo Zen, acompañados por uno de los textos de Taisen Deshimaru "La práctica del Zen" Edit. Kairós.Barcelona 1996 .-

Sentarse en silencio: "El verdadero Zen se practica sin motivación, sin finalidad, sin siquiera busca el despertar (el satori); hago referencia a la esencia Zen, a za-zen (estar senTao). El canto de los sutras, las ceremonias en los templos, son muy hermosos, pero ahí no está la esencia".
"No hay nada que obtener, nada que esperar, no hay que buscar la verdad, no hay que huir de la ilusión. Unicamente estar presentes, aquí y ahora, en nuestro espìritu en nuestro cuerpo. Aparece entonces la conciencia profunda y pura, universal y ilimitada"

Vemos en estos dos párrafos, que estamos entrando en otro espacio, un espacio de vacío, de no palabra, pero a la vez de estar presentes, alertas, sin huir de la ilusión, la ilusión del yo alienado en lo imaginario; entonces en ese momento cuando aparece la consciencia profunda, el inconsciente, a través de la observación. Freud, en la Interpretación de los sueños, nos muestra la diferencia entre la autoobservación (donde fluyen todas las ideas y pensamientos, origen de la Asociación Libre) y la reflexión (en donde se seleccionan ideas y pensamientos que atañen a un mismo contenido.

"La vida actual está llena de ruidos. Yoga y Zen, utilizando diferente metodología, son vías de regreso al silencio. El silencio en nuestra naturaleza profunda. Silenciosa la conciencia eterna contínua, antes de nuestro nacimiento, más allá de nuestra muerte. Silencio, volver al origen de la naturaleza humana. A partir del silencio, hablar. La palabra llega a ser profunda, palabra justa".

Volver al silencio, volver al vacío, vaciar la mente de ruidos, de ilusión, de deseos, vaciarse de imaginarios y a partir de allí hablar, desde lo simbólico, lo profundo, con palabra justa, con palabra plena.
Llegar a esta vacuidad, de la cual la palabra no puede dar cuenta, no se puede aprender o recibir de otro, un maestro sólo puede ayudar, pero es preciso vivenciarlo uno mismo. Lo incluye todo, la forma no se diferencia del vacío y el vacío no es más que la forma; encierra todos los fenómenos. No vivimos por nosotros mismos, somos vividos por el sistema cósmico.

Aquí podemos hacer referencia al concepto de inconsciente del que habla Lacan, el lugar en donde todo coexiste, la lógica no existe, los contrarios se encuentran. Y también el otro concepto: que el sujeto es hablado, no habla por estar inmerso en una red significante que discurre en la búsqueda de aquello perdido, el objeto a causa de deseo.

Como decía anteriormente, el maestro acompaña al discípulo y su encuentro está dado por dos instancias fundamentales donde se instaura la palabra; palabra plena en el maestro, palabra vacía en el discípulo.
Los Mondo, mon = preguntas, do = respuestas, espacio en que se intercambian preguntas y respuestas entre discípulo y maestro. Las respuestas del maestro van siempre más allá del problema planteado y a veces reviste una forma enigmática y desconcertante, por ejemplo:
Un maestro discípulo de Baso transmitía la enseñanza de su maestro "El espíritu es Buda". Un buen día Baso cambia y dice "Ni espíritu ni Buda", el maestro discipulo se entera, pero sigue enseñando "El espíritu es Buda". Alguien le va con el cuento a Baso de esta impertinencia del maestro-discípulo a lo que Baso responde: "El fruto de la palmera está maduro". Generalmente encontramos en los mondos estos tipos de respuestas, otras veces son poemas, en otras una sola palabra, un grito del maestro o una bofetada. En cualquiera de los casos el sentido de la respuesta es muy profunda.

La respuesta del maestro no es una respuesta de examen. El mestro ha de alcanzar una comprensión completa de su discípulo, comprender el estado de consciencia a través del rostro, de sus ojos, de su cuerpo, comprender por intuición. Si las palabras nos turban, no podremos sentir el verdadero estado de consciencia oculto tras ellas y caeremos en un abismo. Si dudamos de las palabras, llegamos al callejón sin salida del escepticismo. La importancia esencial del mondo viene de la puesta en práctica de estos puntos.

La otra instancia en que confluyen la presencia-ausencia del maestro, su palabra y el discípulo, es en el Koan. En su sentido original significa principio, regla original, ley absoluta de justicia que no puede cambiarse. Este es un medio para educar al discipulo, de hacerle adquirir el principio absoluto, incitar a su conciencia a abrirse a una nueva dimensión. Un koan puede parecer absurdo al sentido común, pero con la experiencia de la conciencia profunda se comprende y se alcanza la esencia universal. Hay algunas escuelas Zen que los critican (escuela Soto) pero igualmente los utilizan y otras que adhieren a él (Rinzai). A veces una respuesta puede constituirse en un koan porque obliga a reflexionar y a encontrar en sí mismo la respuesta.
¿existe el alma? "El alma cambia sin cesar".

El koan no està ligado necesariamente a una construcción poética, más bien a una situación cotidiana que se debe resolver creando cada vez una respuesta nueva yendo frecuentemente hasta el límite de nosotros mismos. Descubrir los planos profundos que la inteligencia deductiva no alcanza a través de la lógica corriente.

"¡No nos engañemos! El método del koan exige el mismo entrenamiento y la misma concentración que el arte de tender el arco y disparar la flecha en el momento preciso. Como si al borde del vacío, hubiera que renunciar a la voluntad. Sumergirse en el abismo con decisión y coraje, afrontar la muerte par encontrar mejor vida. Arrojarse al abismo y dejarse llevar por la corriente. El koan se refiere al estado de consciencia profunda a que se accede durante el za-zen. No debe meditarse sobre él en el sentido corriente del término o recordarlo memorísticamente. Hay que dejarlo penetrar en el inconsciente. Resurgirá cuando llegue el momento llevando subvitamente a la consciencia a una visión que no habría alcanzado con una serie de actos conscientes. Cuando se intenta explicarlo se convierte en un objeto para la consciencia, es el espíritu trasmitido por el espíritu (de inconsciente a inconsciente).

El sol del mediodía no da sombra. (no puede comprenderse el Zen con el intelecto).

El calor, el frío, es uno mismo quien los siente (Practicad, experimentad).

La gran sabiduría es como la estupidez.
La gran elocuencia es un tartamudeo. (es inutil querer ser el primero).

Conquistar el ego, seguir a la gente. (Cuando se abandona el ego ya no hay separación).

El hombre mira el espejo, el espejo mira al hombre. (Lo objetivo mira lo subjetivo)

Los dos espejos se iluminan mutuamente. (de espíritu a espíritu)

Otro de los momentos o situaciones importantes en el za-zen es el de la concentración, el pensar sin pensar.
A menudo durante el za-zen los pensamientos surcan la mente sin cesar, problemas cotidianos, deseos, ansiedad, aparecen continuamente como monos saltando sobre nuestras cabezas. No debemos luchar en contra ni aferrarnos a ellos. Abandonando las preocupaciones, no manteniéndolas, pierden su fuerza, y el momento de za-zen nos lleva más allá; los pensamientos y deseos deben discurrir normalmente en un constante fluir para que la consciencia más profunda pueda aparecer.
Se dice de la concentración en los textos tradicionales que es:
Mirar sin mirar,
Oír sin oir,
Sentir sin sentir,
Pensar sin pensar.

Dentro de los aspectos filosóficos quiero rescatar la posición frente al dolor que podemos equiparar con la posición frente al deseo.
Dice: "lo que hace percibir el dolor es mental. A partir del momento en que se sabe calmar lo mental, abandonando los pensamientos y concentrándose en la postura y en la respiración, el espíritu se torna apacible y el dolor se calma"
"Entrenarse en za.-zen, es entrenarse en la aceptación del dolor. En general se quiere huir de lo penoso. Los principiantes suelen sentir un poco de dolor, bastante e incluso mucho. El sufrimiento es alimentado, mantenido o acrecentado por el trabajo mental. Sufrir es siempre pensar que se sufre. Así se sufre más todavia. Todo cuanto hemos relegado, desterrado a las profundidades de nuestro ser y que parece ya olvidado, puede despertar subvitamente a causa de un choque súbito o por efecto de las circunstancias. Reaparece el contenido y se transforma en sufrimiento, multiplicando considerablemente y de manera intolerable cualquier pequeña herida de amor propio de las que la vida suele causar. "las condiciones en que el maestro se coloca para impartir sus enseñanzas se parecen al tiempo de la muerte, al instante de la muerte y nada es importante enfrentado a la muerte".

La meditación en los textos sagrados (escritos poética o metafóricamente) o la forma de estudio de los mismos es una meditación en si misma, cumplen la misma función del koan: dejar que penetren en lo profundo y desde ahí revelen la verdad y siendo el modo en que se trasmiten las enseñanzas de un maestro ó la esencia del zen.

La conciencia.
no es lenguaje
Si se presenta la ocasión
también hay que pasar por esto.

En este poema encontramos las diferencias entre consciencia y lenguaje. Nuestra consciencia difiere del lenguaje, de nuestra manera de expresarnos. El lenguaje que se expresa no es el lenguaje lógico concreto, el decir en el zen sentémosnos tiene una significación que va mas allá del estar sentados, significa penetrar en los confines de la conciencia, de la respiración, del cuerpo, del aquí y ahora. En el zen el lenguaje es pleno, exacto, sencillo, porque la verdadera esencia del ser no puede ser expresada con palabras, sino es en metáforas.

Turbado por las palabras,
Te precipitas en el abismo.
En desacuerdo con las palabras,
topas con el límite de la duda.

El discípulo carente de profundidad únicamente es tocado por las palabras del maestro. De igual modo, el maestro, dudando en exceso de su discípulo, no podrá trasmitirle su educación. Debemos poseer el mas allá de las palabras. Tal es la enseñanza de este poema. Por las palabras comprender lo que es la conciencia; lo importante es lo que se quiere decir, no lo que se dice. La mayoría de las personas, esclavas de las palabras, se dejan enredar por ellas.

Expresarse
Con lenguaje adornado
es desvirtuar.

Pensar con la consciencia subjetiva personal es ilusión. Pensar inconsciente, natural, automáticamente es igualmente ilusorio. Pero estos pensamientos pertenecen al pensar sin pensar, las ilusiones se elevan y a veces no queda pensamiento alguno, por eso deben ser pensadas.

La medianoche
Es luz verdadera,
El alba
no es clara.

En este poema nos encontramos con la contradicción y la verdad a la vez. Las personas que buscan la verdad no deben temer a las contradicciones, a la oscuridad, porque es allí mismo donde anida.

Es como mirarte en un espejo:
La forma y el reflejo cara a cara.
Tu no eres el reflejo,
pero el reflejo es tu.

Las relaciones que el inconsciente mantiene con la conciencia o la sabiduría, son las mismas que existen entre la forma y el reflejo en el espejo.

Podría seguir, deleitándolos o aburriéndolos con estas lecturas pero hay un tiempo en que las palabras deben cesar para dar tiempo al intercambio, a que el mondo se haga presente, por lo tanto voy a ir cerrando con la idea general de, no sé como decir, ¿finalidad? ¿objetivo?, ¿logro?, prefiero esencia del Zen.

En los textos originales encontramos, que todo apego es sufrimiento, el nacer, la enfermedad, la vejez, el placer; ahora si nosotros lo reformulamos y decimos que hay insatisfacción es más entendible para nuestra cultura. Buddha nos enseña que la insatisfacción o el sufrimiento es ineludible para una vida centrada en el yo. El yo entendido como el lugar de la ilusión, de lo no real pero aún no visto, una entidad fija e inmodificable. Esta insatisfacción es la causa de deseo y es solamente por esta ilusión que el yo existe. Pero con la destrucción de estas fuerzas que sostienen la ilusión del yo, también son destruídas las raíces del sufrimiento.

El fin último, si se puede hablar de fin último de la práctica budista, es entonces, aniquilar el yo. Aniquilar una ilusión, cuando esta ilusión es aniquilada, aparece la realidad, por lo mismo aniquilar la ilusión del yo es revelar la realidad. Realidad que no puede ser descubierta mientras la ilusión del yo continúe obscureciéndola.

Ahora que es lo que aparece con esta realidad, cuando la ilusión cae. Aparece lo incondicionado, lo no nacido, lo no originado, lo no creado, lo no compuesto. Podemos describirlo como un estado positivo del ser: en todo se está haciendo, haciéndose, es decir aparece en el mismo momento, no a priori. Aquello que está mas allá de las palabras y del pensamiento.

Así como decía Freud, y después de este somero análisis, vemos como por dos caminos diferentes y casi con una similitud de técnicas y posicionamientos desde los distintos lugares del discurso, se van buscando los mismos efectos, el encuentro del sujeto con su verdad, con su ser, con su existencia universal, una vez que caen los deseos-ilusiones, los yoes-imaginarios, el sujeto se encuentra desnudo frente a si mismo, a su propia existencia, momento de consciencia profunda, momento fundante del sujeto, que puede atravesar el fantasma, colocarse en otro lugar, frente a si mismo y frente a los demás.

Queda más aún por decir, por el momento quiero dejar aquí, porque

Expresarse
Con lenguaje adornado
Es desvirtuar.

El bambú existe por encima y por debajo de su nudo.

MUCHAS GRACIAS.